jueves, 18 de mayo de 2017

Con la burocracia hemos topado

Mi intención era esperar a la cita con el orientador de la semana que viene para escribir mi próxima entrada. Sin embargo, me apetecía, a modo desahogo, escribir sobre los últimos acontecimientos. 

Finalmente nos deniegan el Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario y a cambio hemos ganado una segunda visita a Psiquiatría del servicio de Salud Mental. Como esto no es democracia ni la opinión de todas las partes implicadas es tomada en cuenta, ya que basta una sola opinión del último que llega para desestimar todo lo demás, considero que aún queda mucho trabajo por hacer para que esto de la atención multidisciplinar pueda ser tomada en serio.

Ante todo, y a pesar de que no me muestro partidaria con las decisiones y juicios emitidos, me gusta mostrarme receptiva y colaborativa. Creo que solo así se puede construir algo productivo, y siempre que esa colaboración tenga por finalidad el bienestar de mi hijo. 

Nos toca proceso de readaptación al centro escolar, y veremos cómo se desarrolla, pues aún no he podido hablar con el orientador escolar para ver cómo hacer que el proceso sea paulatino y positivo. Me anima saber que este curso escolar tiene sus horas contadas, así que espero que en este breve periodo de tiempo no surjan fantasmas del pasado. 

Quién sabe, incluso cabe la posibilidad de que mi hijo reciba atención específica de apoyo educativo para estas cuatro semanas. Sin duda, sería un gran avance. Muchas veces se deja hasta el curso siguiente, pero al menos en algo estamos de acuerdo todas las partes implicadas: mi hijo necesita una adaptación urgente. Esperemos que esa adaptación no se quede solamente en aspectos a mejorar, pues mi hijo necesita subir esa autoestima que le anda rondando por la litosfera, y para eso tan importante es trabajar las fortalezas como las debilidades, para lograr un equilibrio. 

Sin embargo, seguimos con lo mismo de siempre. El problema es de mi hijo, por lo tanto, intrínseco, tiene problemas adaptativos al centro escolar (en concreto al que asiste, lo cual no es extrapolable al resto de centros, al menos habría que ser prudentes al respecto), y la parte extrínseca intenta escurrirse siempre para pasar desapercibida. Es lo que se denomina en psicología social atribución externa por parte del centro. Resulta paradójico que sea mi hijo con 6 años quien suela hacer más atribuciones internas que el propio colegio, aunque también atribuye a factores externos sus "fracasos". 

Como me considero una persona abierta, positiva y dialogante, me tomo esta recta final como un reto y como una medida que tendrá muchos beneficios para mi hijo. Al menos, eso es lo que espero. Y si hay que buscar el lado positivo de toda esta historia, como mínimo nos hemos ahorrado un par de meses de sufrimiento y estrés que nos ha ayudado a recuperar fuerzas para afrontar el tramo final de este camino. El último capítulo de dicha andadura será el 22 de junio.

viernes, 12 de mayo de 2017

Cerrando ciclos, evaluación oficial

Ha pasado casi un mes desde mi última entrada. Seguimos igual. Igual, porque seguimos sin profesor, porque la burocracia es lenta, muy lenta. 

Por suerte pude coger cita para Salud Mental, la semana que viene saldremos de dudas, ya es el último obstáculo. Si rellenan el anexo que cumplimentó la pediatra (y que no valía) con el informe del psicólogo, ya tendrá profesor. Y si no, tendrá que volver al cole el mes que queda, aunque lo haría solo un par de horas durante al menos dos semanas. Puestos a pensar, mejor atención personalizada en casa, ¿no? Para lo que queda... hasta el propio cole está deseando que les lleve el anexo firmado por Salud Mental, así no tendrán que atenderle este mes que queda, porque desde luego que si mi hijo tiene que volver, exigiré que se tomen las medidas desde el primer momento que pise el colegio. Y aquí viene la gran novedad... ¡por fin habemus dictamen oficial!

Es decir, que después de 3 años, mi hijo ha sido reconocido oficialmente. Ya hay evaluación positiva por parte del EOEP, solo me queda reunirme (a finales de mes) con el orientador para que me dé el informe, las pautas y los resultados. Esto significa mucho, pues en septiembre, con el orientador del nuevo cole podremos poner en marcha las medidas específicas de apoyo educativo que mi hijo necesita. Y no será fácil, o al  menos no lo espero -prefiero crearme pocas expectativas-, aunque también soy positiva. Creo en el cambio, y no, no hablo de política... ¿o sí?

Yo tenía mis dudas respecto de los resultados, pues cuando empezaron a evaluarle en diciembre, ya estaba con mucha ansiedad, depresión e ira. No eran las mejores condiciones para hacer una evaluación psicopedagógica. Pero aún así, parece que todo concuerda con el informe privado. Veremos si no me llevo sorpresas desagradables en la reunión... confío en que no. Es un gran alivio, pues significa que el siguiente paso no es luchar para que le reconozcan un derecho sino para que le atiendan y se cumpla ese derecho que tiene. 

Anímicamente mi hijo está mejor. Ciertamente se ve que tiene ansias por avanzar en algo, y no para de preguntarme que cuándo vendrá el profesor a casa. Ojalá tuviera ya la respuesta. En caso de negativa también le estoy preparando para una posible vuelta al cole, aunque he de reconocer que hoy por hoy y con todo lo que llevo a cuestas estos últimos años, la que peor lo lleva soy yo. Pues estos meses sin conflictos en el colegio me han venido de maravilla, estoy mucho más relajada. Son 28 días lectivos los que restan a este curso, y acabarlos sin incidentes es mejor que las vacaciones de agosto. Es una medida temporal que beneficia a todas las partes, y esta afirmación la comparte tanto el colegio, como la pediatra como el psicólogo de mi hijo, y nosotros, por supuesto.

En breve publicaré una nueva entrada. Será algo menos personal, pues quiero compartir con todos una entrevista que le he hecho al psicólogo de mi hijo, con más de 20 años de experiencia en altas capacidades, tanto en detección como atención, sobre todo infantil y juvenil, para que podáis leer su opinión sobre lo que rodea actualmente las altas capacidades.  Hasta entonces, ¡sed felices!