Mi entrada de hoy está directamente relacionada con la conferencia a la que asistí ayer sobre la importancia de la inteligencia emocional en la superdotación, con Maite Garnica como ponente.
Fue muy interesante y aunque no es mi intención hacer un resumen de la ponencia, sí que me gustaría compartir con vosotros los puntos más destacables bajo mi punto de vista.
La inteligencia emocional engloba tanto habilidades de tipo intrapersonal como habilidades interpersonales. De ambos, me gustaría destacar lo más importante.
Dentro de las habilidades intrapersonales, yo destacaría la importancia de la automotivación. Hasta ahora, yo pensaba que para esforzarnos en algo, antes teníamos que estar motivados y que por ello nos esforzamos. Parece lógico, ¿verdad? Pues al parecer esto no es así. Parece que cuando algo nos interesa, ya nos motivamos y por ello lo hacemos con agrado y nos esforzamos. Pero no hay que confundir el interés inicial sobre algo con la motivación. Pues la motivación llega después del esfuerzo. Cuando nos esforzamos en algo, aparece la motivación que además lleva a la motivación interna, que es la más duradera.
Para explicarlo un poco mejor, voy a poner un ejemplo, que además concuerda perfectamente con esta visión tan esclarecedora. Mi hijo quiere aprender a tocar el piano, y lo hemos intentado desde hace algún tiempo. Este enunciado viene a determinar el INTERÉS. Pero ciertamente no está motivado por tocar, ni por practicar. No se lo ha tomado en serio hasta ahora y no se ha ESFORZADO. Entonces, ¿resulta que no le interesaba realmente aprender a tocar el piano o es que no estaba motivado? Cuando hace unos meses empecé a enseñarle, tuvo que esforzarse, pero ni fue suficiente ni fue constante, con lo que la MOTIVACIÓN no apareció. Próximamente, y desde este nuevo punto de vista, volveremos a probar, sabiendo ya cómo encauzarlo. Ya os contaré.
Por otro lado, debemos saber cómo automotivarnos, ¿cierto? Muchas veces buscamos una motivación externa, para obtener algo (normalmente en forma de premios o recompensas), pero al final no resulta suficiente, pues esta motivación extrínseca tiene fecha de caducidad. Con lo cual debemos de aprender a automotivarnos de forma intrínseca, una motivación que nace desde dentro. Es muy complicado, porque si yo pongo el ejemplo de mi hijo, que tiene tanta desmotivación hacia el colegio porque se aburre, ¿cómo logro darle la vuelta a la tortilla? Hasta ahora yo le decía: "haz esto que no te gusta rápido y así luego puedes hacer lo que sí te gusta". Seguramente muchos de vosotros hacéis lo mismo, no solo con vuestros hijos sino con vosotros mismos, ¿me equivoco?
Pues al parecer, esto es un ERROR. Para lograr encontrar una motivación interna, y por lo tanto, más duradera, debemos de aprender a cambiar el chip. Y cambiar esa frase por algo así como: "Intenta hacer esto mejor o de una forma diferente". Yo ya he empezado a ponerlo en práctica, así que ya os iré comentando avances.
No hay comentarios:
Publicar un comentario