Hace semanas que no escribo, pues entre reuniones con el cole, con el orientador, con el psicólogo de mi hijo, con el inspector, con la pediatra, y con el homeschooling que llevamos practicando desde hace unas cuatro semanas tras haber conseguido una baja escolar transitoria, el tiempo que me sobra al cabo del día, lo voy acumulando a cuentagotas para coger fuerzas para el día siguiente.
Pero al menos puedo decir que ahora voy relajada a trabajar, no tengo que estar pendiente de que me llamen del cole, y mi hijo está mejor, mucho mejor. Debo agradecer esta solución a unos familiares, que se pueden hacer cargo de él mientras por las mañanas.
Poco a poco vamos consiguiendo rebajar esa ansiedad y depresión, y desde hace un par de semanas ya es capaz de trabajar sin enfadarse ni frustrarse, ni negarse a ello. Ha dado pasos de gigante, pues hace un mes, estaba en una situación completamente diferente. Sigue teniendo problemas de concentración (algo que ha aparecido cuando empezó a estar mal), pero ya no se frustra tanto cuando se sienta delante de un tedioso libro del cole.
La situación actual es que la orientadora, que al menos ha tenido una reunión y contacto telefónico con el psicólogo de mi hijo, piensa que hay algo más, está convencida de que tiene algún trastorno, incluso sugirió Asperger el último día que lo llevé al cole. Así que hasta que no esté hecho el diagnóstico diferencial no va a seguir evaluando al niño de forma oficial sus AA.CC para darle por fin lo que necesita: una ADAPTACIÓN CURRICULAR. Ha dejado todo en manos del psicólogo de mi hijo, quien a falta de terminar el informe ya me ha repetido y re-confirmado que mi hijo no tiene nada, además de su condición de ACI. Veremos lo que sucede cuando reciban en el cole el informe, pues estará recalcado que lo primordial es acabar la evaluación y elaborar una adaptación. Mientras no esté eso, no creo que vuelva mi hijo al cole. Deseando estoy de que se abra el plazo de matriculación para el próximo curso, pues lo que sí tengo claro es que en septiembre no seguirá en el mismo centro, donde ya tiene la etiqueta de alumno con problemas, donde el ambiente está muy deterioridado, y donde mi hijo no se siente para nada a gusto, ni protegido, ni relajado, e incluso siente miedo cuando va.
En cuanto terminen de tramitar los papeles hasta irá un profesor durante 90 minutos diarios a casa. No es que lo necesite, pero lo exige Inspección.
Lo que más estoy trabajando con él en casa actualmente es la aceptación. En ese aspecto hemos hecho grandes progresos, pues durante semanas se ha negado y negado, y no había forma de hacerle cambiar de parecer. No trabajaba, y como le presionaban para que lo hiciera, la situación acababa en enfrentamientos poco agradables con los profesores, de quien él decía solo estar defendiéndose. Sea exagerado o no por su parte (durante meses no ha parado de escuchar gritos en clase, sobre todo dirigidos a él), así es como él lo ha estado percibiendo.
Por otro lado, también estamos trabajando la motivación por aprender, ésa que antes le sobraba y tenías que pararle los pies porque sino ni dormía ni comía, y que este curso había desaparecido por completo. Así que investigamos juntos, hacemos proyectos, buscamos curiosidades, y todo ello lo llevamos al papel (rechaza leer y escribir cosas del cole, pero así lo hace sin darse cuenta). Mi intención es ir exigiéndole poco a poco cada vez más, para que sea capaz de aguantar más de dos horas haciendo cosas del cole, pues el día que vuelva, tendrá que estar 5 horas sentado, otra vez.
Tengo claro que mi hijo es un alumno desahuciado del sistema educativo, no encaja en él, pues su forma de aprender, su forma de ser, sus motivaciones, sus sueños, sus aspiraciones, su ritmo de aprendizaje... no se adaptan a lo que el sistema educativo exige de él. De ahí la importancia de la aceptación. No obstante, debido a su sensibilidad, y a su carácter -y aunque lo estemos trabajando, y luchemos por mejorar-, esa adaptación al sistema educativo la veo difícil -y no quiero decir imposible-, ojalá me equivoque. Y confío en que el año que viene, si damos con el centro adecuado, la situación mejorará, pero para ello, es muy importante no solo que le adapten académicamente, sino que le acepten y entiendan y sepan tratar su altísima sensibilidad.
De momento, y para concluir, puedo decir que en este periodo de transición por fin vemos algo de luz, tengo que dar las gracias a las personas -conocidos, familiares, amigos, y por supuesto, al psicólogo de mi hijo-, que nos están ayudando y apoyando para salir de esta situación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario