domingo, 8 de enero de 2017

Las altas capacidades no son una moda


Seguramente a muchos de vosotros os pase como a mí, aterrizáis en este mundillo e intentáis informaros al máximo sobre esta realidad. Leéis todo lo que llega a vuestras manos o de forma virtual, ojearéis algún foro quizá, os suscribáis a algún blog que hable de altas capacidades, asistís a seminarios o incluso os formáis.

¿Por qué sucede esto? Pues a decir verdad, no puedo saberlo con certeza, aunque supongo que no es el típico tema de conversación que surge tomando café con familiares, amigos u otros padres, ¿me equivoco?

A lo largo de todo este tiempo, me he encontrado, sobre todo por la red - donde el anonimato es rey-, con muchos perfiles de personas que se asesoran sobre el tema. Y se me ha ocurrido establecer mi propia clasificación, o para entendernos mejor, los dos tipos de casos que me suelo encontrar. 

- Caso 1:

Familias que tratan este tema desde la humildad, con sus miedos, sus interrogantes y sus mil dudas. 

Sobre todo madres, aunque cada vez también se lee a más padres, preocupados porque ven a su hijo diferente, o bien porque destaque en algo especialmente, o porque tiene intereses diferentes a otros niños, o porque no se relaciona como el resto de la gente se espera, o porque empieza a presentar problemas en el colegio, a bien conductual, aislamiento o rendimiento,  o bien porque su hijo ha recibido etiquetas (no diagnosticadas sobre todo) del tipo TDAH, TEA, trastorno negativista desafiante, etc. En fin, porque han visto un algo que no saben qué es y para lo cual buscan respuestas. 

Suelen ser familias que casi siempre se presentan disculpándose, pues no pretenden ser arrogantes ni prepotentes, ni mucho menos hablar sobre su hijo como si fuera super especial, superior o mejor que los demás. 

Suelen querer pedir una valoración, ya sea a través del propio centro educativo o a través de un gabinete privado, para cerciorarse de que esas sospechas no son infundadas, y hay una base para pensar en ello. 

No suelen ir alardeando de hijo talentoso, sino más bien lo contrario, prefieren pasar desapercibidos, sobre todo en el ámbito familiar y escolar.

Suelen seguir con sus dudas a pesar de recibir una confirmación oficial, pues en el fondo no ven que su hijo sea especial o destaque por encima de otros niños de su edad.

Y sobre todo suelen ser prudentes en aquello que afirman, pues precisamente no destacan por ser ostentosos. 

- Caso 2: 

Familias que compiten por demostrar que su hijo es el más guapo, el más listo, el más talentoso y en definitiva, el mejor. 

Cuando lees lo que escriben, su forma de redactar ya denota arrogancia sobre todo, ya que encima suelen tener pocos conocimientos sobre el tema, ni les interesa conocer más realmente.

Suelen hablar de lo precoces que han sido sus hijos, de las maravillas que realizan incluso de bebés sus hijos, e incluso me atrevería a decir, que incluso exageram o inventan algunas de las hazañas de sus retoños. 

Si sus hijos no están evaluados pero deciden hacerlo, convencidos de que son superdotados (suelen preferir este término al de altas capacidades), acaban desapareciendo de las redes sociales, si la valoración no ha arrojado los resultados esperados, o bien ponen mil excusas, echan la culpa a los demás, y no aceptan la verdad.

Normalmente hablan de superdotación y de altas capacidades sin estar evaluados, pero creen firmemente en ello, y con dicha soberbia hablan, como si dicha condición les subiera la autoestima o sufrieran de complejo de superioridad (o inferioridad... muchas veces confundo ambos términos).   Pero es que además hablan de superdotación, con total normalidad, cuando describen a sus bebés, porque empezaron a gatear con 5 ó 6 meses o empezaron a andar a los 10. Ahí es cuando empieza la típica conversación entre perfiles de familias similares, compitiendo por cuán precoces fueron sus hijos respecto a los de los demás. Ni que fuera una competición. 

En el primer caso, las familias que afrontan las altas capacidades desde esa humildad que nace del desconocimiento real, al menos hasta el momento, me he encontrado con que en efecto, esas sospechas acababan confirmándose. Por algo se dice que la familia suele ser la primera en detectarlo. 

En el segundo caso, quizá por "moda" en ciertos sectores, quizá porque aunque en muchos aspectos de la sociedad no se valore la inteligencia, no nos engañemos, ¿a quién no le gusta ser inteligente? ¿quién no tiene temores sobre la inteligencia de sus hijos? Todos queremos que nuestros hijos sean inteligentes, ¿o no? Bueno, yo simplemente procuro no leer mucho opiniones de este tipo de familias, porque no me aportan nada. 

Tras explicar brevemente la casuística que suelo ver, volvamos a la pregunta que nos ocupa, ¿las altas capacidades son una moda? No, hombre no. Gracias a las nuevas tecnologías, la world wide web ofrece muchísima más información, info a la que hace años no teníamos acceso. Con esto quiero decir que es cierto que las altas capacidades existen, es cierto que hay muchísimos niños sin estar detectados, es cierto que se está perdiendo el talento, y es cierto que aún queda mucho por hacer para dar a conocer cómo son realmente las altas capacidades. 

Me he encontrado en foros a madres escribiendo preocupadas porque en el cole sospechaban de que ese hijo pudiera ser TDAH, disléxico o tener algún trastorno de aprendizaje o de conducta. Luego leo las características que describe de ese hijo, y lo que se me viene a la cabeza es AC. Bueno, aclaro: a mí, y a otras compañeras, por supuesto, el mérito es de todos los que intentamos arrojar un poquito de luz a esto de las altas capacidades porque las vivimos a diario. Después de informarse y actuar, varias de estas madres, que escribían preocupadas sobre otro diagnóstico,  acababan diciendo que en efecto se habían confirmado las altas capacidades de ese hijo. Y en muchos casos, en los que incluso he asesorado en alguna ocasión, quedaban descartados los trastornos iniciales de los cuales se sospechaba. Claro que hay veces que puede darse una doble excepcionalidad, AACC y TDA(H), AACC y dislexia, AACC y TEA... pero otras muchas veces, sencillamente la dirección que se había tomado desde el colegio (principalmente) no era la correcta y solo había que encontrar el camino adecuado. Haber podido ayudar a esa familia a encontrar LA RESPUESTA es algo que me llena de satisfacción. Pues una vez también yo fui esa madre que buscaba ayuda.

Pero también es cierto que por la red pulula mucha gente que no ayuda a que se tomen en serio las AACC. Solo hay que ver la cantidad de tests que puedes encontrar en Internet. Llega uno, lo hace, le sale un valor alto y ya va diciendo por ahí que es superdotado. Eso no son las altas capacidades, no funciona así. Y si no, acordaos del dicho: "Dime de qué presumes, y te diré de qué careces". Y no pretendo criticar a estas personas, porque no es mi cometido, pero ojalá se dieran cuenta del daño que hacen exhibiéndose así, desvalorizando realmente lo que son las altas capacidades, ya que seguramente no vivan la realidad que muchas familias vivimos, esperando que el sistema educativo atienda a nuestros hijos, que nos tomen en serio y se nos escuche. Y en muchos casos, pasándolo mal viendo cómo nuestros hijos sobre todo en el colegio sufren, ya sea por el aburrimiento, por el bullying o por depresión infantil.



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