Este post debo agradecérselo a una amiga, que me ha dado la idea de escribir sobre ello. Gracias, M. :)
Después
de varios años documentándome a través de libros relacionados con las
AACC, leer blogs, páginas, grupos y foros de altas capacidades, algo de
información acumulada tengo al respecto, y aún así, me queda un largo
camino que recorrer todavía. Como soy docente, de hecho, me gustaría en
un futuro no muy lejano hacer un Máster sobre Altas Capacidades, pues
haberlas descubierto han abierto una gran ventana hacia un conocimiento
más profundo sobre este tema.
A día
de hoy, una de mis preocupaciones y responsabilidades como madre sigue
siendo la de ¿lo estaré haciendo bien?, ¿le estaré dando lo que
necesita? pues aunque sabemos que las altas capacidades no caducan, como
dice el profesor Javier Tourón "El talento que no se cultiva, se
pierde". Y quizá ésa sea una de nuestras mayores preocupaciones como
madres y padres de hijos de altas capacidades.
Así
que solo puedo reflexionar y dar mi punto de vista sobre este tema. En
primer lugar, considero muy importante, como en la educación de
cualquier hijo, sea o no de altas capacidades, ofrecer un desarrollo
integral, esto es: un desarrollo cognitivo, social, afectivo y físico,
pues así ofreceremos la posibilidad de educar a nuestros hijos para
buscar el equilibrio óptimo. Esto no significa que haya que medir cada
cosa que hagan nuestros hijos, pero sí, como punto de partida, conocer
sus fortalezas y debilidades y no descuidar las unas en beneficio de las
otras. Con esto quiero decir que si sabemos de las limitaciones de
nuestros hijos, no podemos pretender que hagan cosas que están lejos de
su alcance, ni solo fomentar aquello que se le da bien, el equilibrio se
encuentra en compensar ambas partes de la balanza, ya que todas las
personas tenemos fortalezas y debilidades. Algo así como elaborar
en nuestra cabeza un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades) para hacernos una visión de conjunto sobre quién es nuestro hijo.
Si
nuestro hijo es más bien introvertido, no podemos forzarle a ser
extrovertido, ya que aunque hay gente que piensa que lo correcto es ser
extrovertido, lo cierto es que hay personas más introvertidas y personas
más extrovertidas, y es fundamental respetar esta característica de
nuestros hijos. No podemos forzarle a que le guste estar con mucha
gente, solo porque socialmente parece ser que es lo que "mola". Hace
unos años, no paraba de oír por parte de los docentes que trataban con
mi hijo, que tenía que socializar más, y yo, ingenua de mí, les creí y
les hice caso. Busqué alguna actividad que fomentara este aspecto y
procuraba que mi hijo pudiera estar en ciertos ambientes para que se
acostumbrara a ello. Por suerte, rectificar es de sabios; y gracias a
que me paré a pensar que el colegio es por excelencia una de las
principales fuentes de socialización infantil, rectifiqué y me dejé
llevar por mi instinto. Fuera del colegio también socializa, pero no
puedo pasarme las tardes socializando en la calle, si mi hijo lo que
quiere es jugar, construir, crear historias, y tener tiempo también para
sí mismo. ¡Si se pasa el día entero en el colegio, con otros niños, de
su edad, más mayores, con profesores, etc.!
Por
otro lado, esto seguramente nos ronda a muchos padres de forma más o
menos recurrente es, ¿si se pasa la tarde jugando, no desaprovechará su
potencial? ¡Se va a perder muchas cosas, se le va a pasar el arroz!
Nuevamente analicemos esta situación. Los niños son niños, y dada su
condición de niños, el contexto en el que más y mejor aprenden es
precisamente... JUGANDO. En el colegio, sobre todo cuando empiezan
Primaria (y en muchos centros ya en Infantil les martirizan en base a
fichas y fichas) ya están muchas horas trabajando contenidos
estructurados y dirigidos, donde no hay lugar para pensar, pues su única
misión es absorber información y repetir... Sí, en efecto, así es
señores, no nos engañemos, por mucho que nos vendan la moto de que
los niños construyen su propio aprendizaje, son actores activos del
sistema, etc., la realidad es que se pasan el día siguiendo las instrucciones
de un libro. Es precisamente en muchos momentos del juego no
estructurado, donde tienen espacio y tiempo para pensar, para procesar
la información, para establecer relaciones entre unos conocimientos
adquiridos y una experiencia vivida, por lo tanto, es importante que
tengan tiempo libre para ello. Así que, hagámosles un favor a ellos
mismos, y no les carguemos con demasiadas extraescolares ni actividades,
ni idiomas, etc. Y sobre todo... que si hacen alguna extraescolar,
sobre todo cuanto más pequeños con más razón, permitámosles que sean
ellos los que elijan lo que les guste y motive. No condicionemos sus
experiencias a nuestras propias expectativas y sueños no logrados, o a
lo que nosotros creemos que necesitarán en el futuro, porque aunque bien
es cierto que necesitarán muchas cosas, lo que más necesitan y solo
vivirán una vez es su INFANCIA.
Entiendo que vivamos en el siglo de la preococidad, de la fama, la competitividad y de los talentos televisivos. Pero ante todo dejémosles ser niños. No importa si no aprenden chino con 6 años, no importa si no bailan como los de la tele con 3, el tren del talento no se les va a ir, lo que se les va a ir es su INFANCIA, y creedme, ésta no regresa.
Con esto que estoy contando puede parecer que quiera decir que no hay que hacer nada. En absoluto, no estoy diciendo eso. Como ya he mencionado antes, lo importante es el EQUILIBRIO.
Si a mi hijo le gusta la ciencia, intentaré darle ciencia, si a mi hijo le gustan las matemáticas, le intentaré dar números, si a mi hijo se le da genial el piano pero lo aborrece del verbo aborrecer... NO LE DARÉ EL PIANO.
Y estad tranquilos si no están apuntados a varias actividades extraescolares, porque estamos de suerte. Bueno, nosotros y nuestros hijos. Hay otras mil formas de cultivar el talento. Yo no conozco tantas, pero por algo se empieza.
1.-
La comunicación en el núcleo familiar es muy importante. Hablar,
expresar y compartir nuestras inquietudes, nuestras experiencias, dar
nuestro punto de vista, y por supuesto escuchar a nuestros hijos. No
solo fomentaremos el lenguaje oral, aunque vaya sobrado, sino que
ayudaremos a desarrollar el pensamiento crítico. Y forma parte de lo que
denomino enseñar a pensar.
2.-
Planear excursiones, al campo, a la ciudad, a museos, a la montaña, a
una fábrica, etc. Ellos serán los que te den pistas sobre sus intereses,
y en base a estas experiencias, podréis planificar en el futuro nuevas
experiencias. En este tipo de actividades aprenden constantemente,
registran nuevas experiencias y sobre todo... ¡disfrutan!... y vosotros
también, por supuesto. Una experiencia tiene un poder muy grande, pues siempre va asociada a sentimientos y emociones, y precisamente gracias a las emociones, somos capaces de recordar de mayores cosas que hemos vivido de pequeños. Sin emoción no hay efecto memoria, no hay aprendizaje.
3.- Compartir
una rutina o un juego juntos. Afianzaremos nuestros lazos afectivos,
esto aportará a nuestros hijos mayor seguridad, incidirá en su
autoestima y en la relación familiar, con lo que la parte emocional
juega un papel importante.
4.-
Investigar juntos. Típica conversación en la mesa de la cena o antes de
dormir, tu hijo te hace una pregunta pero tú estás muy cansado para
responder. respira hondo y aprovecha la situación. Investigad juntos
sobre lo que te acaba de preguntar, acordad juntos ver un documental o
buscar en la enciclopedia información al respecto, proponed nuevas cosas
que os gustaría investigar. Desarrollad un proyecto, construid algo al
respecto.
5.- Científicos por un
día. En Internet hay muchísima información, y si no os gusta, en las
bibliotecas y librerías hay diversidad de libros con experimentos para realizar en familia. El objetivo de hacer un
experimento no es hacerlo y ya. Es plantear una hipótesis, reunir los
datos, analizarlos, y sobre todo, sacar conclusiones. Esto ayuda a
desarrollar el pensamiento divergente.
6.-
"A mi hijo ni le gusta investigar, ni le gusta hacer experimentos, ni
le gusta hacer nada"... quizá sea éste tu caso. Pero ¿y si le gusta
leer? Aprovecha esa afición de tu hijo para despertar en él la
curiosidad y las ganas de aprender.
7.-
"Es que no tenemos tiempo. Nuestros horarios son complicados". Esto
suele suceder demasiado a menudo. Y luego los niños pasan demasiadas
horas delante de la tele, tablet o consola. Y no es que no puedan
dedicarle tiempo a las nuevas tecnologías, de hecho tienen muchos
beneficios, pero como todo, en su justa medida. Pero si ni siquiera nos
organizamos para dedicarle "algo" de tiempo a nuestros hijos, es que no
vamos por el buen camino. Y calidad no es sinónimo de cantidad. A veces,
con muy poco, se logra un muy mucho. ¡Aprovechadlo!
8.-
Aprovechad un día de lluvia para salir a la calle y saltar en los
charcos, que se manchen la ropa y vivan también experiencias de este
tipo. ¿Qué más dará si ese día no has tenido tiempo de hacer la colada o
pasar la aspiradora?
Todos
los niños tienen talento, en algo, eso está claro, por eso estas
propuestas están destinadas a todo tipo de niños. Pero si aprovechamos
que con algo tan sencillo se puede lograr tanto, ¿por qué no confiar en
que pueda ser posible? Si además queremos y podemos apuntarle a
robótica, a una escuela matemática o a un taller de arte, fenomenal. Ah,
y que no se nos olvide el deporte, que también hay que cuidar el
aspecto físico, ya que el deporte es salud.
Y
para que veáis, que a veces es sencillo utilizar cualquier situación
cotidiana para cultivar sus mentes, me gustaría compartir con vosotros
algunas cosas que hacemos a veces.
A
temporadas nos gusta planificarnos las tardes después del cole. Lo
único que usamos para ello fue: una cartulina, lápiz, regla y regletas. En
vez de hacerlo yo, le dejé a él hacerse su planificador semanal. Para
ello había que dividir la cartulina en los 7 días de la semana con 5
columnas que representaban las semanas de un mes. Como yo no le he
enseñado a dividir, ni pretendo hacerlo, él solo cogió las regletas y fue probando cuáles encajaban mejor para hacer columnas iguales. Al
final había dividido, pues cuando escogió la correcta, determinó que la
regleta de 8 centímetros era la que dividía la hoja en 7 partes iguales.
Con las columnas lo mismo. Además pudo practicar el uso de la regla y
el lápiz para trazar líneas paralelas y perpendiculares. ¿Sencillo,
verdad? Pues ese día aprendió algunos conceptos matemáticos sin libros
de texto ni explicaciones. Simplemente haciendo. Y no porque buscáramos aprender eso, sino porque él mismo fue capaz de pensarlo.
A
nosotros nos encanta investigar. Y cualquier situación es idónea para
hacerlo. Por ejemplo, por Navidades me regalaron un libro de Patchwork
para adultos (el típico libro de coloreados con números), sobre
personajes célebres. Pues como le ha gustado a mi hijo, también se ha
dedicado a colorear. Y mientras lo hace, buscamos vídeos en Youtube
sobre ese personaje. El primero fue Einstein. A raíz del mismo llegamos a
un cuento para niños sobre Einstein. Ahora tenemos ganas de investigar
sobre Beethoven, que como él dice es fan. Tiempo al tiempo.
Un
día preguntándome sobre los detectives, aprovechó la pizarra y se puso a
escribir acerca de lo que quería investigar. Fue una investigación
corta porque al final no le interesó tanto, pero es un ejemplo más.
- Juegos de mesa
Por
Navidades me han regalado el Cluedo, y lo hemos probado y nos ha
encantado. Es la versión de The Big Bang Theory. Pues con este juego
también activas tu mente, ya que has de saber qué preguntar, cómo dar
pistas falsas, sacar conclusiones, etc. Pero os voy a recomendar algunos
más de los que solemos jugar últimamente en casa:
* Storycubes: El juego consta únicamente de 9 dados con imágenes en
cada uno de los lados. Las combinaciones son prácticamente incontables, y
se trata de hilar una historia según lo que te sugiera cada imagen. Con
este juego fomentas el desarrollo del lenguaje, aprendes a construir
oraciones coherentes no solo a nivel sintáctico sino sobre todo
semántico, con sentido e intencionalidad. Fomenta la imaginación y la
creatividad
* Mastermind: Seguramente lo conoceréis. Se trata de averiguar la
combinación secreta. Para ello, el oponente ha de ir colocando las
fichas de colores, ir descartando, y escogiendo estrategias para acertar
la combinación correcta antes de que se te acaben las opciones (tienes
10 intentos).
* Ajedrez
- Juego libre, construcciones, experimentos, etc.
No
voy a explicar todo lo que hace mi hijo cuando juega, porque juega con
múltiples juguetes y materiales, y de hecho para él aburrirse es
sinónimo de comenzar una nueva aventura. Pero os dejo unos ejemplos
gráficos:
Un
día cogiendo las regletas, las colocó encima del mapa de España y
simuló que eran rascacielos y otros edificios. Como podéis observar, las
regletas dan mucho de sí, sirven para construir, juego simbólico, crear
historias, matemáticas, etc.
Aquí
hicimos el típico experimento del volcán, o en definitiva, cómo
reacciona el bicarbonato con el vinagre. Disfrutó pintándolo y haciendo
el experimento. Y tras lavarlo ha quedado como nuevo, con lo que podrá
en otra ocasión repetir todo el proceso desde cero.
Parece
una construcción banal y sin importancia, pero la explicación que me
dio sobre su invento me dejó sin palabras. Teóricamente es una especie
de embarcación que se sostiene por grandes neumáticos que hacen que
flote, no recuerdo cómo dijo que funcionaba, pero a mí no se me habría
ocurrido.
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